James se acercó a
Anabel, que se encontraba desplomada en el suelo, aunque apoyada en la pared de
la bañera. Cogió la mano fría de la señorita y se sento a su lado.
- ¿Te acuerdas
cuando nos conocimos? Era verano de 2005, exactamente el 29 de Junio. Recuerdo
tu corto y brillante pelo moreno y tus chispeantes ojos verdes. De hecho
siempre lo has llevado corto, como un chico, sé cuánto odias peinarte. Recuerdo
que al verte sentí como si el mundo rotara alrededor tuyo, como si el tiempo se
detuviera. No podía ni hablar, tu belleza me había cautivado, ni siquiera podía
apartar la vista de ti.
- ¿Te acuerdas
cuando fuimos juntos al primer día de clases?
Yo siempre me
quedaba apartado, en una esquina. Hasta que me obligaste a comunicarme, ni
siquiera me conocías. Ese día prometimos estar juntos para siempre, ya no te
observaba desde detrás, ahora caminaba a tu lado.
- ¿Te acuerdas de
nuestro primer parte? Estábamos en sexto de primaria y un niño me empujó,
tirándome al suelo. Tú lo viste y la rabia se apoderó de ti. Le diste un buen
derechazo, tan bueno que le rompiste la nariz. Tus nudillos se tornaron
morados, yo los besé. Fué el momento más feliz de mi vida. Te miré a los ojos y
tú a los míos, nuestros labios se juntaron y crearon una dulce e inocente danza.
Me sentía tan feliz, era nuestro primer beso…
De repente la Directora apareció,
interrumpiéndonos.
- ¿Te acuerdas de
nuestro primer botellón? Tu llevabas un short negro, Converse negras, camiseta
de tirantes azul oscura y una diadema que disimulaba tu corto pelo despeinado.
Yo era el único que no bebía, de hecho no podía, quería cuidar de ti y además
no podía por las pastillas. En cambio tu si, querías olvidar que te
diagnosticaron esquizofrenia.
Un chico alto y fuerte se acercó a ti y
comenzasteis a besaros, el te metió mano. Yo le empujé tirándole al suelo, al
levantarse me pegó un puñetazo y mi ojo se puso rojo primero, luego morado y
por último verde. Tú me empezaste a gritar. No sabía que era tu novio, nunca me
lo habías dicho, y tú me lo contabas todo. Ese día mi mundo se derrumbó.
Pasaron meses hasta que volvimos a hablar.
Llegaste a mi casa llorando, habías pillado a tu pareja en la cama con tu mejor
amiga. Lloraste en mis brazos durante horas hasta quedarte dormida en mi
regazo. Tan solo te arropé, me acosté a tu lado, besé tu frente y me quedé
dormido a tu lado.
- ¿Te acuerdas cuando por fin me dijiste lo
que más deseaba? Me dijiste “te quiero”. Me hiciste tan feliz, todo cobró
color.
- ¿No es increíble
como en un momento todo se destruye? Con un solo “eres mi mejor amigo”. Al
escuchar aquello te empujé y salí corriendo. No cogí tus llamadas ni respondí a
tus mensajes, tan solo te dejé en visto. ¿Cómo iba a saber que acabarías así? –
Dijo James llorando mientras se levantaba. Cogió unas flores que se encontraban
descansando en un florero y las puso sobre su cuerpo inherte.
- Te amo Anabel-
besó los labios fríos y sin vida de Anabel.
- Se cuánto te
gustan los helados de fresa, ¿Voy a por unos?- James salió de la casa y se
subió a su vieja caravana, al lugar tan especial que compartió con Anabel. Solo
se escuchó el ruido seco de un disparo.
Nicole Pardo
01/06/2016
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