¿Qué
es la selectividad? Aunque muchos futuros alumnos la vayan a desconocer, es la
Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), que se realiza mediante cuatro exámenes
de asignaturas generales que son: lengua castellana y literatura, historia de la filosofía o historia de España (a elegir),
una lengua extranjera europea (a elegir) y una asignatura de tu itinerario o de
modalidad. Luego, los que quieran, pueden presentarse a subir nota con la fase
específica que consta de los exámenes que quiera el alumno con un máximo de cuatro
asignaturas.
Aunque
aún queda la selectividad de septiembre, nos han vendido ésta como la última,
ya que en septiembre no hay plazas para casi ninguna de las carreras.
Desde
mi punto de vista, la experiencia de selectividad ha sido enriquecedora, aunque
también ha sido un asco. Al hacer la selectividad te das cuenta de que no es
para tanto, es decir, todo lo que has visto durante el curso es selectividad, y
mucho más fácil, pero no quiere decir que sacar buena nota sea fácil. Los
correctores de selectividad no son las personas más amables del mundo a la hora
de corregir, es más, van bajando la nota en función de las cosas que te faltan,
errores de expresión, faltas, etc.
También es un fastidio debido a que muchos de tus compañeros, según salen del
examen están tristes o simplemente no quieren continuar debido al examen
anterior que les ha salido mal.
Momentos de nervios |
Aunque
no es común, no siempre tienen la culpa los estudiantes de que les salga mal el
examen. En nuestra aula, al entrar, los profesores de matemáticas no
comprobaron muchas de las calculadoras y se las arrebataron a los alumnos en
pleno examen. Como consecuencia a un compañero, le rompieron el examen a la
mitad de la hora y le tocó rehacerlo. Él le explicó al profesor que esa
calculadora no podía hacer gráficas ni era programable (que son las
calculadoras que no permiten llevar a selectividad), pero aún con ello, le
rompió el examen y le tocó volverlo a hacer. Este alumno solo dijo: “no me dio
tiempo a acabarlo, lo suspenderé porque ningún profesor comprobó las calculadoras,
y encima, se podía utilizar en selectividad, solo que el profesor no quiso
entender que no podía hacer ese tipo de cálculos numéricos”. Este alumno fue a
poner una queja y todavía desconozco qué resultado obtuvo. En el examen de
química, con el mismo profesor, ocurrió lo mismo, solo que esta vez lo hizo al
principio del examen, afectó a dos estudiantes, y uno de ellos al que yo
conocía, casi le pega por no comprender que esas calculadoras se pueden usar en
selectividad, se calmó tan solo cuando fui a socorrerle dejándole otra de mis
calculadoras.
También
otras incidencias de este evento fueron: la imposibilidad de comprar comida
allí, debido a que todos los establecimientos (cafeterías, restaurantes y
demás) estaban totalmente llenos y era totalmente imposible comprar algo.
Debido a esto, muchos compañeros se fueron a comprar comida hasta Moncloa y
casi no llegaron al examen, hasta llegaron a pensar en la posibilidad de coger
un taxi hasta la UCM. Otros hecho fue el de que un compañero en el último
examen perdió su DNI, y al ya conocerle, los examinadores le permitieron pasar
sin éste, aunque después lo encontró en la cajonera donde anteriormente había
hecho su otro examen.
Como para sentirse solo... |
Le
hice una entrevista a un compañero de selectividad y esta fue su opinión:
-¿Qué
opinas de la selectividad de este año?
-Al
principio parecía que se iban a portar bien, ya que era la última y por el
examen de filosofía que fue relativamente fácil, pero viendo los demás, no ha
sido muy fácil. Quizás hubiera sido mejor con otros profesores de vigilante que
los que tuvimos.
-¿Te
ha parecido difícil?
El
nivel de dificultad me pareció medio, quizás medio alto en matemáticas II. Depende
de cada uno, muchos exámenes dicen que habían sido fáciles como geografía o física.
-¿Alguna
queja?
La
impuntualidad de los profesores, que llegaban unos minutos tarde y no lo
compensaban al final del examen, además los exámenes se suelen poner boca abajo
hasta la hora de empezar para que todos comiencen al mismo tiempo y no lo
hicieron así, con lo que algunos tuvieron algún minuto más. También el tema de
las calculadoras, al desconocer algunos modelos de calculadoras, optaron por lo
más fácil, quitársela a los alumnos sin explicación a pesar de que algunos
alumnos les dejaron el mismo modelo en el examen. Además de que nos tocó una
facultad muy lejana (informática).
Estos
hechos suelen ser comunes, algunos de ellos, aunque no todos. Normalmente los
profesores no suelen cometer esos errores gravísimos con las calculadoras al
comenzar los exámenes ni durante estos.
Simplemente
es una llamada de atención y una anécdota para todos los que os vayáis a
presentar al examen de PAU, y que os tranquilicéis porque en el futuro,
seguramente, lo cambiarán o ni exista.
También
cabe destacar que es, seguramente, mi último artículo en este periódico, y con
esta anécdota me despido yo, al igual que mis compañeros Katia Alvarado y Sr Y.
Muchas gracias al PIENSA y a nuestros lectores.
Alejandro Pascual, Katia Alvarado y Sr. Y.
17/06/2016
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